he vuelto a respirarte
sin querer
al girar la cabeza
me he tropezado
con los restos de piel
que te arranqué una noche
con mis labios
y de golpe
me he dando cuenta
que aun estabas en el aire...
bueno, ya lo sé
tienes razón
estabas y estás
en todas partes,
y no es raro
que te sienta aun
reñirme desde la cocina
ni que sienta que bailas,
sola, cuando subo la música
y suena por toda la casa
tu canción favorita,
cómo va a ser raro
si aun siento la humedad
del aire que respiras
si me despierto empapado
en el mismo sudor frío
desde tu despedida,
si aun te oigo reír
a kilómetros de distancia
tumbado en la orilla
del río que separó
tu vida de la mía.
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Todas la vidas están habitadas por voces de sombras. Quizá no sea del todo malo: así los nuevos habitantes de nuestras moradas salen reforzados de las odiosas, pero inevitables, comparaciones. Besos, felino.
ResponderEliminaruna casa sin fantasmas es demasiado solitaria... incluso para mi.
ResponderEliminarsólo espero que las viejas sombras no asusten a los nuevos inquilinos...
gracias Salomé, un beso y un ronroneo...