no te asustes, soy yo
sigo dando cabezazos a tu puerta,
sé que es una fea costumbre
que cogí de un perro...
no sé ni por qué lo hago
ni si alguna vez estuvo abierta,
tal vez sea amnesia
o estas estúpidas ganas
de perseguir un sueño,
que siempre huelo y se esconde,
detrás de tu puerta.
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Qué bonito! Creo que lo voy a usar, citándote, claro está!
ResponderEliminarMuchas gracias, espero que no se pegue esta fea costumbre...
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